viernes, 30 de abril de 2010

Sierra de Andújar (J). 27-4-2010 // alrededor de 700 msnm.




La excursión naturalista que hoy traemos a colación se inscribe dentro de un viaje por Andalucía. Lo hacemos en compañía de dos antiguos amigos norteamericanos que hasta hace poco han trabajado como “rangers” en Mono Lake National Park (California). Se encuentran recorriendo el mundo a lo largo del paralelo 38º para recoger material con el que escribir un libro, y en esta etapa de su viaje europeo tenemos la suerte de poder acompañarles. Visitamos Doñana, la sierra Norte de Sevilla y finalmente la sierra de Andújar. Dado que tienen bastante interés por el proyecto de conservación del lince ibérico (Lynx pardina), actualmente en funcionamiento en nuestro país, concertan sendas entrevistas con técnicos que llevan a cabo el proyecto Life-Lince. Primeramente en Doñana, donde se desarrolla la parte “ex situ” del plan, relacionada principalmente con su reproducción en cautividad de cara a su posterior reintroducción en lugares adecuados, y después en la sierra de Andújar, la parte “in situ” donde se enfoca la protección desde el punto de vista de la protección del hábitat y de la recuperación de las poblaciones de conejos que son sus principales presas.
Indicar primeramente la precaria situación de este felino exclusivamente ibérico, el más amenazado del planeta, que en la actualidad tiene sus dos únicas poblaciones en los lugares anteriormente indicados (alrededor de 67 individuos en Doñana y unos 167 en la sierra de Andujar). A estos cabría añadir ejemplares dispersantes con capacidad de recorrer casi toda Andalucía o llegar hasta Madrid si se diese el caso (posiblemente alguno de estos linces sean los polémicos que se detectaron en el suroeste madrileño cuando se hicieron los estudios de impacto ambiental previos a la ampliación de la carretera M-501).
En Doñana nos atiende Antonio Rivas y nos explica, entre otras cosas, la importancia de alcanzar un núcleo de linces cautivos de entre 60 y 70 ejemplares para garantizar la conservación del 85% del material genético de la especie, durante un periodo de 30 años. Esta cifra ha sido ya alcanzada y en poco tiempo se empezarán a realizar las primeras reintroducciones (foto 1).

En la sierra de Andújar contactamos con Germán Garrote Alonso, biólogo del proyecto, y tras ponernos al corriente del desarrollo del mismo (conservación del hábitat, seguimiento de los ejemplares, control poblacional, relación con los propietarios de fincas cinegéticas, manejo de las poblaciones de conejo silvestre, etc.) tenemos la fortuna de poder acompañarle en uno de sus habituales recorridos por estos montes de la maravillosa cuenca del río Jándula donde vive el lince (foto 2). Como quiera que no es habitual contemplar las instalaciones relacionadas con la conservación del lince y muchos de estos parajes que son de paso restringido, enseguida somos conscientes del privilegio que supone tener acceso a ellos y nos vemos en la obligación de mostrarlos a los seguidores de nuestro blog (fotos 3, 4 y 5).

Durante el recorrido nos comenta los increíbles desplazamientos de algunos de los individuos de esta especie, marcados con dispositivos GPS que permiten conocer su situación en todo momento. Alguno, nos cuenta, han sido trasladados a lugares situados a muchas decenas de kilómetros y han regresado a su lugar de origen haciendo gala de un interesante sentido de la orientación. Los no marcados son contabilizados y controlados mediante un sistema de cámaras fotográficas trampa (foto 6) que cuenta con unos trescientos dispositivos.

Dado que el conejo (Oryctolagus cuniculus) representa la principal presa del lince resulta fundamental garantizar la presencia de estos lagomorfos. Y aunque en un principio se pudiera pensar que este aspecto no tiene porqué dar problemas, al final resulta que es el nudo gordiano de la conservación del lince, por las enfermedades que padecen (fundamentalmente la enfermedad hemorrágico vírica) y porque no todos los lugares parecen gustarle al conejo. Así las cosas, al final resulta más rentable llevar el lince donde hay conejos (y expandir así la especie) que conejos donde hay linces, y con esta filosofía, en las zonas periféricas de su área de distribución, se crea un conjunto de cercados de alimentación suplementaria (foto 7 y 5), inaccesibles para depredadores no aéreos excepto para el ágil lince. En estos recintos cerrados se construyen vivares artificiales a prueba de “excarvadores”, donde una vez que la población de conejos adquiere un tamaño determinado se abren trampillas para facilitar su dispersión. Los vallados se instalan en pleno monte y por tanto encierran en su interior plantas tan interesantes para el conejo como el lentisco (Pistacia lentiscos) cuyo porte achaparrado determina un alto grado de protección. Otras plantas que anotamos en estos lugares son:
Enebro de la miera (Juniperus oxycedrus)
Labiérnago (Phillyrea angustifolia)
Agracejo (Phillyrea latifolia)
Pino resinero (Pinus pinaster)
Pino piñonero (Pinus pinea)
Cornicabra (Pistacia terebinthus)
Encina (Quercus ilex)
En las orientaciones más frescas y en fondos de valle encontramos:
Madroño (Arbutus unedo)
Brezo blanco (Erica arborea)
Fresno Fraxinus angustifolia)
Adelfa (Nerium oleander)
Tamujo (Flueggea tinctoria)
Quejigo (Quercus faginea-canariensis?)

A lo largo del trayecto Germán nos muestra algunas letrinas de lince donde se pueden ver cantidades significativas de excrementos (foto 8). Y además, debido a la orientación cinegética de todas estas fincas tenemos ocasión de observar frecuentemente algunos ciervos (Cervus elaphus) cuyos machos, por cierto, ahora desarrollan su aterciopelada cornamenta (foto 9).

El territorio por el que nos movemos está constituido por un sustrato granítico (foto 10). Este material al alterarse da lugar a arenizaciones que resultan muy favorables para los conejos, pues pueden cavar aquí fácilmente sus madrigueras. No ocurre lo mismo en otras zonas de Sierra Morena donde predominan litologías pizarrosas o cuarcíticas, las cuales dan lugar a depósitos de otra naturaleza.

El campo andaluz se encuentra pletórico de vida por estas fechas y estas sierras no se quedan a la zaga. Ahora mientras nacen los últimos cachorros de lince florecen:
Estepa blanca (Cistus albidus) (foto 11)
Jara pringosa (Cistus ladanifer) (foto 12)
Cantueso (Lavandula stoechas)
Romero (Rosmarinus officinalis)

A pesar de los kilómetros recorridos por pistas imposibles y de ir todos pendientes por si apareciera algún lince, no tenemos suerte y tenemos que conformarnos con el abundante material iconográfico que aparece en internet. Por nuestra parte, probamos fortuna en el Encinarejo, un lugar a orillas del río Jándula donde se producen frecuentes avistamientos (foto 13), pero nos vamos a casa con las manos vacías. No importa, están allí.

martes, 20 de abril de 2010

Fresnedillas de la Oliva. Río Perales (M). 18-4-2010 // 900 msnm.


Cerca de su nacimiento, el río Perales, tributario del Alberche, discurre por un típico paisaje de rampa con terrenos rocosos y morfologías irregulares; si bien éstas carecen de relieves destacados (foto 1). Las laderas del valle quedan dentro del dominio del encinar, aunque debido a la altitud no son raros los pies dispersos de melojo o incluso rodales de esta especie. El monte ha sido tradicionalmente explotado por la ganadería, de modo que la masa forestal se encuentra bastante fragmentada con espacios de matorral más o menos aclarados, pastizales en distinto grado de abandono y manchas de arbolado establecidas a menudo en torno a afloramientos rocosos. En esta época del año las zonas aclaradas se iluminan con algunas especies herbáceas (foto 2) entre las que destaca por su abundancia el amargo amarillo (Brassica barrelieri) (fotos 3 y 4, esta última muestra las características hojas de la roseta basal), una crucífera muy abundante en los terrenos arenosos de la sierra. Convive a menudo con otra crucífera similar, aunque de flores blanquecinas, la coincia (Coincya monensis) (foto 5) y con otras que también florecen ahora como por ejemplo:
Alyssum granatense
Erodium cicutarium
Lamium ampleuxicaule
Paronychia argentea
Poa bulbosa
Senecio vulgaris
Viola kitaibeliana
y en zonas con más roquedo: Narcissus triandrus subsp. pallidulus 


Una de las razones que nos animan a visitar este lugar es la posibilidad de contemplar la floración de unos piruétanos (Pyrus bourgaeana) jóvenes que crecen por aquí; sin embargo, llegamos antes de la fecha adecuada y encontramos que apenas están empezando a salir las hojas (foto 6). Las leñosas que acompañan a la encina en estos interfluvios son escasas, las habituales que viven sobre este tipo de sustrato silíceo: enebro de la miera, con brotes de hojas ahora que ha finalizado la floración; retama; retama negra, que ahora echa hojas; cantueso, con botones florales; madreselva (Lonicera etrusca), que ahora está llena de hojas nuevas; alguna cornicabra; algún torvisco y algún pino resinero que crece espontáneamente aquí y allá. Un ejemplar de peonía (Paeonia broteri) se ve que está esperando una mejoría del tiempo para abrir sus capullos florales; los tiene bien hermosos.


En las orillas del curso fluvial se desarrolla un sotillo con sargas negras (Salix atrocinerea) y fresnos (Fraxinus angustifolia). Ambos han concluido ya su floración, con la excepción de algunos ejemplares rezagados, y empiezan a echar ahora sus hojas. Por eso el ambiente de este ámbito ribereño es aún bastante invernal. Caminando sobre la hierba encharcada se percibe ya el olor de las matas nuevas de menta (Mentha suaveolens) y nos percatamos de la floración de una pequeña juncácea, la luzula (Luzula campestris) (foto 7) que no estamos acostumbrados a ver. Otras plantas que encontramos en este sotillo son:
Crataegus monogyna, el majuelo, que tiene sus brotes florales a punto de abrirse.
Lamium purpureum (foto 8, tomada en un herbazal de El Escorial)
Populus nigra 
Prunus spinosa, el endrino, que florece intensamente (foto 9) resaltando también en setos y vallados de la zona.
Salix salviifolia, la bardaguera blanca que ahora florece.


La jornada de campo permanece nublada durante casi todo el día y en el momento más inoportuno, mientras fotografiamos la lúzula, se cumple la amenaza de las oscuras nubes que llevan avisando desde el principio. Aun así las observaciones ornitológicas se prodigan durante todo el día y más especialmente por la tarde, cuando se pone de manifiesto, sobre todo, un buen paso migratorio de mosquiteros musicales. Escuchamos sus ju-it y observamos sus patitas anaranjadas, mientras se desplazan nerviosos tras unos insectos que han salido alentados por cinco minutos de sol y por los apetitosos amentos de unos sauces en flor. Al fín vemos un nutrido grupo de abejas y escuchamos su zumbido.
Las especies de aves que anotamos en la zona son las siguientes:
Cigüeña común 2
Milano negro 1
Milano real 1
Buitre leonado c.10
Águila culebrera 1
Ratonero 4, R
Águila imperial 1, R
Águila calzada 3 (2 fase clara y una oscura)
Cernícalo vulgar 1
Perdiz roja 1, R
Paloma torcaz c.3, R
Cuco 3-4, "C"
Abubilla 1, R
Totovía c.15, C
Golondrina común c.50, R
Golondrina dáurica c.5, R
Avión común c. 15, R
Chochín 2, C
Petirrojo c.7, C
Ruiseñor común c.15, C
Mirlo común c. 10, C
Zorzal charlo 1, R
Ruiseñor bastardo c.3, C
Curruca carrasqueña 2, R
Curruca cabecinegra c.3, C
Curruca zarcera 1
Curruca capirotada c.3, R
Mosquitero papialbo 2, C
Mosquitero musical c.15, R
Reyezuelo listado 1
Herrerillo capuchino 2
Carbonero común c.5, C
Herrerillo común 1, C
Agateador común c.3, C
Oropéndola? 1, C
Alcaudón real 1 (foto)
Alcaudón común 1
Rabilargo c.10, R
Urraca 3
Corneja negra 1
Cuervo c.5, R
Estornino negro c.30, R
Gorrión común c.5, R
Pinzón vulgar c.10, C
Verdecillo c.5, C
Verderón común c.3, C
Jilguero 2, R
Picogordo 2, R
Escribano soteño 2
Triguero 1
Donde c.=cerca de, C=cantos y R=reclamos






viernes, 16 de abril de 2010

Parque Bolitas del Airón y arroyo de la Cañada. Valdemoro (M). 10-4-2010 // 600m // Excursión Ecologistas en Acción


Nos reunimos un numeroso grupo de personas en esta localidad situada en el sur de la Comunidad de Madrid. Contemplamos dos ambientes bien diferenciados: un fondo de valle con vegetación palustre, lagunillas, retamares, cultivos y la masa forestal del parque y, por otra parte, las laderas y cerros yesosos, tapizados por una interesante vegetación gipsícola.


El parque Bolitas está constituido por una antigua formación arbórea artificial de árboles del paraíso (Eleagnus angustifolia), una especie procedente de las estepas asiáticas que encuentra aquí un hábitat que debe ser similar al de su lugar de origen.


El árbol del paraíso es un caducifolio que ahora empieza a echar sus hojas por lo que el paisaje que forma desmerece algo ahora. En este lugar nos ofrece su mejor representación del centro de la península, conviviendo con plantas como:
Conium maculatum (cicuta)
Juncus acutus
Juncus marítimus
Lamium purpureum FL 
Scirpus holoschoenus (junco de churrero)
A lo largo de nuestro paseo que se desliza a caballo entre la vega del arroyo y las deforestadas vertientes encontramos algunas especies herbáceas en flor, entre las que reconocemos:
Adonis microcarpa?
Biscutella auriculata
Cardaria draba
Diplotaxis virgata
Euphorbia helioscopia
Euphorbia serrata
Halimium salicifolium 
Mercurialis tomentosa (foto 1)
Muscari neglectum
Platycapnos spicata
Salvia verbenaca
Silene colorata
Taraxacum obovatum 
Viola kitaibeliana 
Reparamos en la presencia de una hermosa malvácea que ahora dispara los tallos que más tarde se llenarán de flores, la Lavatera triloba




En el dominio de los yesos, donde a menudo sólo aflora la masa rocosa o una preliminar costra liquénica, hay también espacios con algo de suelo, el suficiente para que se instale un pastizal muy entretenido de observar, con:
Alyssum simplex 
Androsace maxima
Ceratocephala falcata (foto 2)
Linaria glauca


Incluso entre el roquedo encontramos en flor especies de interés como la diminuta Chaenorhinum reyesii (foto 3) y otras más comunes como Lepidium subulatum (foto 4), Mathiola fruticulosa y Ephedra nebrodensis que presenta ahora sus yemas florales muy engrosadas, preludio de una próxima floración. En general estas laderas presentan el típico paisaje del jabunal; un entorno presidido por Gypsophila struthium (que es la jabuna propiamente dicha) y Centaurea hyssopifolia que cumplirán su ciclo reproductivo más tarde.




A pesar de que somos bastante gente y las observaciones de fauna se complican conseguimos reunir una lista de aves que ofrecemos a continuación:
Garcilla bueyera c.10
Cigüeña común c.2
Azulón c.5
Milano negro 1
Milano real 1
Aguilucho lagunero 1
Ratonero 2
Águila calzada 1 fase oscura
Cernícalo vulgar 1
Perdiz común 2
Cigüeñuela 2 R
Alcaraván 1 R
Paloma torcaz c.20
Tórtola turca c.30 R
Abejaruco común c.10 R
Pito real 1
Cogujada común 1
Cogujada montesina c.10 C
Golondrina común c.20
Lavandera boyera 2 R
Lavandera blanca 1
Ruiseñor común 2 C
Tarabilla común 1
Collalba rubia 1 C
Mirlo común 1
Ruiseñor bastardo c.3 C
Buitrón 1 C
Carricero tordal 2 C
Herrerillo común 1
Pájaro moscón 2
Urraca c.15
Grajilla 2
Estornino negro c.50
Gorrión común c.3
Pinzón vulgar c.3
Verdecillo c.10 C
Verderón común c.20 C
Jilguero c.10 C
Pardillo común c.10 C
Triguero c.10 C
donde c.= cerca de, C=cantos y R=reclamos
También topamos con lagarto ocelado y culebra bastarda.
Camino de vuelta aprieta el calor y los insectos están más activos. Uno de los que llaman nuestra atención es la cicindela (Cicindela maroccana) (foto 5), un escarabajo depredador tanto en su fase adulta como larvaria que ha debido salir hace poco de su escondrijo invernal (estos ejemplares son los primeros que vemos este año). Observamos varios ejemplares que se desplazan a lo largo del camino a medida que avanzamos.




Por la tarde nos desplazamos a unos cerros situados unos kilómetros hacia el oeste y tenemos la fortuna de contemplar un grupo de unas 30 avutardas. Se encuentran en pleno periodo nupcial, así que disfrutamos nerviosos del pavoneo de los machos ante las aparentemente indiferentes hembras. Nos situamos a una distancia prudencial y de hecho las aves no se espantan con nuestra presencia. En la zona encontramos también machos preciosos de sisón, alcaravanes, aguiluchos pálidos y escuchamos críalos y mochuelos al atardecer.

"PROBLEMATICA"
A lo largo de nuestro recorrido matutino dejamos a mano izquierda el vallado de la finca "El Espartal", un territorio de alto valor ecológico que vive bajo la amenaza de ser urbanizado en un futuro próximo al haber sido declarados, inexplicablemente, estos terrenos urbanizables por el ayuntamiento de Valdemoro. Desde aquí nos sumamos a las voces de protesta que velan por la conservación de este patrimonio natural. Permitan las autoridades locales que las generaciones venideras -con toda seguridad más sensibles que las actuales hacia los temas relacionados con la naturaleza- puedan disfrutar de este espacio natural en vez de recibir una urbanización de chalets adosados.
Más cosas. El parque Bolitas del Airón es un lugar sumamente concurrido durante los fines de semana. Hemos observado la práctica frecuente de barbacoas que suponíamos prohibidas y el uso habitual de leñas procedentes de ramas de árboles del paraíso. Además, la concurrencia se pierde por los alrededores a hacer sus necesidades con el consiguiente perjuicio en el que no es necesario extenderse. SEÑOR CONCEJAL (sin acritud): EL BOSQUETE DE VALDEMORO ES ÚNICO Y USTED TIENE LA RESPONSABILIDAD DE QUE PERDURE. NO MIRE A OTRA PARTE Y GESTIONE ADECUADAMENTE ESTE ESPACIO

 


miércoles, 14 de abril de 2010

Viaje a la península de Tres Forcas (Marruecos). 28-3 al 3-4-2010 (y 4)


Buena parte del interés de nuestro viaje por el norte de Marruecos tenía que ver con su avifauna. Aunque en un principio imaginábamos observaciones más exóticas, al final nos tenemos que contentar con poco más de lo que estamos acostumbrados a ver en nuestro país. A continuación referimos una lista con las especies observadas, incluyéndose asimismo en dicha relación los registros realizados en sendas escapadas de un día que hacemos a Melilla y a la desembocadura del río Muluya, en la parte más oriental de Marruecos. Al final de la entrada se comenta muy someramente alguna de las características de esta última zona.
Pardela cenicienta (bastante común)
Alcatraz
Garza imperial en Muluya
Garcilla bueyera
Garceta común +Muluya
Espátula 5 en Muluya
Flamenco en la Mar Chica
Pato colorado en Muluya
Pato cuchara en Muluya
Cerceta pardilla 6 en Muluya
Azulón en Muluya
Milano negro
Aguilucho lagunero en Muluya
Águila pescadora
Cernícalo vulgar
Cernicalo primilla?
Focha común en Muluya 
Cigüeñuela en Muluya
Chorlitejo patinegro en Muluya
Correlimos tridáctilo en Muluya
Aguja colinegra en Muluya
Archibebe claro en Muluya
Andarríos chico
Gaviota patiamarilla (además, incubando en Melilla) +Muluya
Gaviota de Audouin (común), +Muluya (foto 1)


Tórtola turca
Mochuelo R, (común) 
Vencejo pálido. También en Melilla
Vencejo común en Melilla
Abejaruco 
Abubilla
Cogujada común en Muluya
Cogujada montesina C, (común)
Golondrina común +Muluya
Avión común (escaso)
Bisbita común
Bisbita campestre?
Lavandera boyera (en Muluya encontramos bastantes ejemplares de la subsp. iberiae)
Lavandera blanca
Lavandera blanca (Motacilla alba subsp. subpersonata) en Muluya y en Charrana
Bulbul naranjero C
Mirlo común

Ruiseñor común C
Colirrojo real C, sólo machos (algo común)
Collalba negra C
Collalba rubia C
Roquero solitario C
Ruiseñor bastardo C
Buitrón C en Muluya 
Curruca capirotada
Curruca zarcera
Curruca carrasqueña, se aprecia un paso significativo
Curruca cabecinegra C, una de las más comunes. +Muluya (ver ilustración)

Mosquitero 
Carbonero común C
Herrerillo común
Alcaudón común
Chova piquirroja
Cuervo
Gorrión común
Gorrión chillón
Pinzón vulgar
Jilguero C
Pardillo común C, +Muluya
Escribano soteño C (común)
Triguero C
Cerca de la frontera con Argelia desemboca el río Muluya (Moulouya) un lugar interesante para la avifauna donde se reunen distintos ecosistemas: el fluvial, el lacustre, la playa, los arenales costeros y los saladares (fotos 2 y 3). Algunas de las plantas que encontramos en la zona son las siguientes:
Ammophila sp
Arthrocnemum glaucum
Cynomorium coccineum FL (foto 4)
Cyperus capitatus FL
Frankenia sp.
Inula crithmoides FL
Juncus acutus
Juncus maritimus
Lycium intricatum
Medicago marina FL
Retama monosperma FL (foto 5)
Salicornia fruticosa
Suaeda sp.

Los bordes de las carreteras están repletas de Acacia saligna que en estas fechas presenta una impresionante floración (foto 6).


C=cantos; R=reclamos; FL=flores

Viaje a la península de Tres Forcas (Marruecos). 28-3 al 3-4-2010 (3)

 (Esta entrada es continuación de la anterior)
En campos abandonados, cunetas y proximidades de cultivos se encuentra también un buen número de plantas herbáceas que en muchos casos comparten hábitat con las anteriores, pues el grado de nitrofilia no es elevado y las condiciones ambientales se asemejan. En las zonas cultivadas, incluso, se advierte la ausencia de herbicidas, pues lo agrícola se entremezcla con lo silvestre (foto 20), siendo frecuentes los cereales salpicados de gladiolos silvestres (Gladiolus illyricus) (foto 21) y nazarenos (Muscari comosum) Por ejemplo, en estos ámbitos vemos:
Anagallis arvensis FL
Asphodelus fistulosus FL
Asteriscus aquaticus FL
Ballota hirsuta
Biscutella baetica FL (foto 22)
Chrysanthemum coronarium FL
Convolvulus althaeoides FL (foto 23)
Cynoglossum creticum FL
Echium plantagineum? FL (foto 24)
Fagonia cretica FL (foto 25)
Glaucium flavum
Lathyrus clymenum FL (foto 26)
Marrubium vulgare
Misopates orontium FL
Oxalis pes-caprae FL
Ruta chalepensis FL
Teucrium gnaphalodes FL (foto 27)
Trifolium stellatum
Tripodium tetraphyllum FL (foto 28)
Salvia verbenaca


Una particularidad de muchas de las tierras de cultivo de esta zona son los setos artificiales constituidos esencialmente por una gramínea de alto porte que parece rabo de zorra (Saccharum ravennae) (foto 29).
Como queda dicho, una de las características más evidentes de este entorno es su naturaleza rocosa. El roquedo de tipo volcánico, constituido principalmente por andesitas piroxénicas, alberga asimismo una buena colección de plantas. Algunas, sí se nota que tienen preferencia por la linea litoral, pero la mayoría, dada la cercanía general del mar, son indiferentes en este aspecto. Señalar además que muchas de las que aquí viven se encuentran en hábitats contiguos. El inventario de rupícolas que recogemos es el siguiente:
Asteriscus maritimus FL (foto 30)
Frankenia corymbosa
Limonium ovalifolium
Micromeria inodora FL (foto 31)
Phagnalon saxatile FL
Putoria tenella FL
Sedum sediforme
Umbilicus rupestris FL
Viola arborescens FL (foto 32)

En las lindes de algunos campos, en las afueras de los pueblos e intermitentemente a lo largo de algunos cursos fluviales estacionales quedan espacios abandonados que derivan en setos donde se refugian muchos elementos vegetales, además de fauna. Algunas plantas que encontramos en estos ámbitos son:
Agave americana
Aristolochia baetica FL (foto 33)
Asparagus horridus
Lycium intricatum FL (foto 34)
Opuntia maxima
Withania frutescens FL (foto 35)


A menudo, estos setos encuentran su mejor expresión en ramblas como la del arroyo Hedi que desemboca en Charrana (foto 36). Aquí la humedad edáfica debe ser mayor y , además de las citadas, se incorporan otras plantas como:
Arundo donax
Ficus carica
Prasium majus FL (foto 37)
Saccharum ravennae?
Scrophularia auriculata FL
Tamarix aphylla (fotos 38)