miércoles, 25 de agosto de 2010

Arroyo y laguna de Casasola. Estremera (M) 22-8-2010 // 600 msnm

Visitamos estos aljezares del sureste madrileño con el fin de buscar algunas plantas propias de ambientes salinos que podrían encontrarse en zonas de vaguada. En su día dimos ya con una pequeña población de salicornia coraloide (Microcnemum coralloides) y ahora teníamos la esperanza de encontrar quenopodiáceas suculentas (crasas) del tipo Salicornia, Arthrocnemum o Sarcocornia, pero al final nos volvemos a casa con lo puesto. Sin embargo, el recorrido que hacemos a lo largo del arroyo de Casasola no tiene desperdicio, a pesar de la aridez del entorno.


En las fotos que se ofrecen a continuación se puede contemplar el monte de Casasola (foto 1), un cerro testigo con 640 m de cota, que en su día debió estar habitado a juzgar por el sisallar (foto 2) que corona su cima y las abundantes matas de alharma. El sisallo (Salsola vermiculata) se encuentra ahora en flor (foto 2a). Desde lo alto del cerro (foto 3) se divisan las llanuras cerealistas que, hacia la provincia de Cuenca, preceden a los altos de Ocaña-Tarancón y que no son otra cosa que la superficie de sustitución del páramo labrada por el río Tajo durante el inicio de su encajamiento. En dirección contraria (foto 4), en la ladera opuesta de este mismo río se puede observar, desde algo más abajo, esta misma superficie, el escalón que da paso al fondo del valle y los amplios paisajes que configuran este tramo de su cuenca. Y cómo no, también mostramos en esta serie de fotos el curso del arroyo de Casasola con la pequeña laguna que recibe este mismo nombre (foto 5).


A lo largo del recorrido atravesamos distintos tipos de sustrato. Lo que predomina en general es un aljezar donde a menudo son visibles bloques con cristales de yeso de gran belleza (foto 6). Sin embargo, a medida que el arroyo desciende hacia el Tajo atraviesa una antigua terraza elaborada en el pasado por este mismo río, constituida por gravas de naturaleza cuarcítica cuyo área fuente habría que buscar en el Sistema Ibérico. Se puede apreciar aquí la estratificación (laminación) cruzada resultante de la acumulación de sedimentos, de acuerdo con los desplazamientos del cauce en aquella época (foto 7). De forma residual también encontramos suelos con un fuerte contenido en sales (foto 8), resultado del lavado de las laderas colindantes y finalmente, indicios de un nivel de sílex que seguramente a ayudado a mantener el monte de Casasola como cerro testigo.


El primer hábitat que atravesamos es el constituido por unos campos de cultivo en descanso. Debieron ser roturados hace unos meses e inmediatamente fueron invadidos por una comunidad de plantas arvenses que adquiere cierta densidad en algunos puntos. Aquí se da un buen número de plantas características de estos ambientes. Aunque muchas llevan ya meses floreciendo otras aprovechan esta época de gran insolación para realizar su ciclo. Las que encontramos en flor son:
Amaranthus albus (foto 9)
Amaranthus blitoides (foto 10)
Amaranthus retroflexus (foto 11)
Chenopodium album? 
Glaucium corniculatum (foto 12)
Heliotropium europaeum  (verrucaria) (foto 13)
Papaver rhoeas
Reseda stricta
Salsola kali (foto 14)


Además, de forma dispersa, aparece el tornasol (Chrozophora tinctorea), una euforbiácea anual que en el pasado tuvo interés comercial, pues produce un tinte usado para teñir tejidos y como colorante alimenticio. El tornasol recibe su nombre posiblemente de la confusión con otra planta con la que suele convivir y que tiene un aspecto similar. Ésta se denominada verrucaria y ha sido citada más arriba (foto 13). Obsérvese que su nombre latino, Heliotropium, también indica que gira o que torna hacia el sol. Pero lo más interesante de esta humilde planta, que generalmente pasa desapercibida, es la materia colorante que produce. Sí, el famoso tornasol que se estudia en química como reactivo indicador de la alcalinidad o la acidez. El papel tornasol se tiñe de azul con este colorante y cuando se pone en contacto con una sustancia ácida, enrojece. 


A medida que nos acercamos a la laguna y aumenta la humedad del suelo empiezan a hacerse frecuentes:
Cirsium vulgare
Datura stramonium 
Solanum nigrum
Xanthium echinatum (foto 15)
Xanthium spinosum


Es curiosa, aquí, la querencia que muestran los mosquiteros musicales (Phylloscopus trochilus) por los densos herbazales de Lactuca serriola, donde apenas observamos insectos, pero sí una buena carga de pequeñas semillas.Estas pequeñas aves se encuentran ahora en pleno paso migratorio hacia sus cuarteles invernales situados más allá del desierto del Sáhara. Migran durante la noche y se alimentan por el día. Como son muy nerviosas y paran escasamente para picotear aquí y allá es más fácil reconocerlas por su característico reclamo, juu-it, que por su aspecto.


En el ambiente perilagunar, bajo la influencia de un suelo ligeramente salino vive un grupo de plantas características, en flor, entre las que anotamos:
Althaea officinalis (foto 16)
Lactuca saligna
Phragmites australis (el carrizo, que ahora forma densas formaciones de gran belleza denominadas carrizales, ver foto 17 tomada en el encajamiento del arroyo para salvar el desnivel de la superficie de sustitución)
Plantago maritima (una de las citas más interesantes de la jornada por ser una planta rara en Madrid) (foto 18)
Sonchus crassifolius (foto 19)


Y por fin, en un claro de sustrato salino que queda rodeado por un albardinar damos con la población de salicornia coraloide
En las laderas no cultivadas que vierten al arroyo, a pesar de la sequedad y del calor (a las tres de la tarde el termómetro marca 38º a la sombra y 48º a ras de suelo), cumplen su ciclo por estas fechas un serie de plantas, entre las que encontramos exponentes de gran belleza:
Atractylis humilis (foto 20)
Carlina corymbosa (foto 21)
Echinops ritro (foto 22)
Bassia prostrata (foto 23)
Limonium dichotomum
Mathiola fruticulosa
Scolymus hispanicus
Thymelaea passerina


Otros, como se puede apreciar, son muy poco llamativos.
Pero lo que más atrae nuestra atención es la presencia de la rara Seseli tortuosum, una umbelífera que apenas sobrepasa el medio metro de altura, con potente ramaje en zig-zag y que ha comenzado recientemente a florecer. La llegada hasta aquí de Seseli tortuosum es curiosa, pues se distribuye por buena parte de la periferia peninsular, luego tiene también una buena representación en la cuenca del Duero y la población más próxima a la de aquí es una situada en el Sistema Ibérico.


Sobre Seseli tortuosum encontramos bastantes orugas de la mariposa Papilio machaon (foto 24) y sobre una lechetrezna que empieza ahora a crecer vemos larvas de otra especie de mariposa, el esfíngido Hyles euphorbiae (foto 25). Hay varios lepidópteros en fase adulta que sobrevuelan por la zona; fotografiamos uno que no vemos muy frecuentemente: Hipparchia fidia (foto 26).


Como se ha comentado más arriba la ornitofauna muestra claros signos de hallarse en un periodo migratorio. En esta época del año, una vez que ha concluido la reproducción de la mayoría de las especies, toca el regreso hacia sus zonas de invernada para el conjunto de los llamados migrantes transaharianos, en el que se reunen zarceros, carriceros, ruiseñores, vencejos y muchos más. En resumen, migran ahora las aves que pasan el invierno en las latitudes tropicales situadas al norte del Ecuador. Migrantes que realizan su viaje durante el día como las rapaces, los hirundínidos (diversas golondrinas) o los abejarucos se ven con cierta frecuencia por la zona. Entre las primeras destaca un pequeño grupo de 12 milanos negros viajando hacia Gibraltar (foto 27). También es característica de este tiempo la presencia de alcaudones comunes jóvenes en solitario o por parejas, una vez que los adultos han partido hacia África. Las aves que se detectan a lo largo de la mañana de campo con sus cantidades aproximadas son las siguientes:
Ánade real, 2
Milano negro, 12
Aguilucho lagunero, 3
Aguilucho cenizo, 2
Ratonero, 3 R
Águila calzada, 1
Cernícalo vulgar, 3 R
Perdiz común, 30 R (se observa todavía un grupo de jóvenes poco crecidos)
Polla de agua, 3 R
Focha común,1 R
Alcaraván, 12, R (reunidos en un grupo)
Paloma torcaz, 20
Mochuelo común, 1
Vencejo común, 3
Abejaruco común, 20 R
Abubilla, 1
Cogujada común, 5 R
Cogujada montesina, 2 R
Avión zapador, 3
Golondrina común, 30 R
Lavandera boyera, 1 R
Carricero común, 3 R
Mosquitero musical, 10 R
Alcaudón común, 5 R
Urraca, 10 R
Chova piquirroja, 1 R
Corneja negra, 7 R
Gorrión común, 30 R
Gorrión molinero, 5 R
Verderón común, 5 R
Jilguero, 2 R
Pardillo común, 20 R
Donde R significa reclamos. 











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